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Hoy en día llegar a convertirse en una lovemark (el cielo de las marcas) requiere un gran esfuerzo, pues en un mundo interconectado de marcas, posicionarse en los primeros puestos de nuestras mentes es una labor harto complicada, y ya no digo llegar a convertirse en objeto de culto, el sueño que muy pocos consiguen (véase marcas como Apple, Nike o Harley Davidson) Qué caracteriza a estas marcas? Obvio, no? Personalidad, diferenciación, historia, notoriedad, veracidad, interactividad, participación,... un gran número de factores -a veces no se cumplen todos- que provocan que actuémos de manera más irracional ante éstas.
Sin embargo, el proceso contrario para convertirse en una hatemark (vía rápida al infierno de las marcas) es menos camplicado y no requiere tantos esfuerzos. La mayoría de las veces, son situaciones puntuales las que provocan los mayores daños a una marca, algo que se ve alimentado en ocasiones por los medios de comunicación: productos defectuosos, despidos masivos, explotación infantil, contaminación, prácticas monopólicas, etc. Hechos que llegan en poco tiempo a oidos de muchas personas y que éstas a su vez transmiten a otras (hablamos del buzz y el efecto viral) y como pólvora, acaban estallando.
Un caso de este tipo puede ser el de Microsoft, cuya imagen se ha visto muy dañada en los últimos tiempos por diferentes acontecimientos: lanzamiento de Windows Vista, su posición con el software libre,... Aunque si tenemos que hablar de un caso más claro, podría ser para muchos el de la SGAE, no hace falta decir el por qué, no?
Por cierto, todo esto vino a raíz del post leído en el blog de mi querido amigo Juan, al que ultimamente tengo algo abandonado, jejeje Pronto, pronto....
Sin embargo, el proceso contrario para convertirse en una hatemark (vía rápida al infierno de las marcas) es menos camplicado y no requiere tantos esfuerzos. La mayoría de las veces, son situaciones puntuales las que provocan los mayores daños a una marca, algo que se ve alimentado en ocasiones por los medios de comunicación: productos defectuosos, despidos masivos, explotación infantil, contaminación, prácticas monopólicas, etc. Hechos que llegan en poco tiempo a oidos de muchas personas y que éstas a su vez transmiten a otras (hablamos del buzz y el efecto viral) y como pólvora, acaban estallando.
Un caso de este tipo puede ser el de Microsoft, cuya imagen se ha visto muy dañada en los últimos tiempos por diferentes acontecimientos: lanzamiento de Windows Vista, su posición con el software libre,... Aunque si tenemos que hablar de un caso más claro, podría ser para muchos el de la SGAE, no hace falta decir el por qué, no?
Por cierto, todo esto vino a raíz del post leído en el blog de mi querido amigo Juan, al que ultimamente tengo algo abandonado, jejeje Pronto, pronto....
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Comentarios
Sencillamente genial!! Gracias por dejarlo por aquí.
ResponderEliminarSaludos.